Yo me siento roja, siento que la sangre me hierve a borbotones más rojos que a nadie, mi corazón es rojo, mi alma es roja y, sobre todo, mi Karma y mi manera de ser son completamente vermellones.
El color es parte de nuestras vidas.
Muchas veces decimos: la vida color de rosa, verde de envidia, rojo de ira, época dorada, prensa amarilla, las cuentas en rojo... etc.
A través de la ropa también expresamos nuestro estado de ánimo, como dice Rose Albright: "Estado Cromático Interior", argumentando que elegimos y usamos los colores según las circunstancias que estamos viviendo.
Como consecuencia de ello, podemos usar los colores para equilibrar nuestro estado interno, lo que redundará en beneficio de todo nuestro pequeño o gran mundo personal y social.
Esto es lo que se suele llamar cromoterapia, que no sé si tiene mucho que ver. Pero, sin duda, es interesante.
Cada color tiene psicológica y espiritualmente un sentido, una interpretación.
En particular el color rojo nos habla de un estado energético intenso, nos habla de pasión, fuerza, emprendimiento, acción.
Se ha llamado al color rojo "El gran energizante", "Padre de la vitalidad". Por eso para alguien que no puede actuar, este color es demasiado fuerte.
Terapéuticamente se ha comprobado que en personas que padecen depresión estacional, (que se produce por lo general en el invierno y muy especialmente en aquellos lugares, como alrededor de los polos en que se da la noche invernal, en mi caso es la abstenia primaveral) se les aplica un tratamiento que se basa en la exposición a luces, lugares y vestimenta de color rojo.
Los efectos fisiológicos que produce el color rojo, son: aumento de la presión arterial, aceleración de la circulación sanguínea y el ritmo respiratorio. Se agudizan los sentidos del olfato y del gusto. Las reacciones se vuelven automáticas.
Para los practicantes y conocedores del Yoga, es el color del Chakra base o raíz, llamado Muladhara, en sánscrito.
El color rojo despierta los sentidos y las pasiones. Se asocia al poder, a la energía, a la vitalidad y a las emociones de la vida.
En su aspecto positivo: estimula la acción, la actividad, el amor, el vigor, el poder creativo. En su aspecto negativo: simboliza el odio y la energía mal encauzada, crueldad, derramamiento de sangre.
Por eso debemos usarlo con precaución y para mantener la armonía. Hay que saber cuándo y cómo usar cada color.
El Rojo, sin duda, es mi identidad, mi color.
Abrazos (:
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